Descripción
La sociedad del siglo XXI es compleja y cambiante, y esto exige a la ciudadanía una adaptación permanente a dichos cambios que, sin lugar a duda, afecta también la evolución del lenguaje, pues nadie pone cuestiona que el lenguaje está vivo; de no estarlo, seguiríamos hablando en latín. Surgen nuevas realidades, nuevos fenómenos que deben ser nombrados, ya que lo que no se nombra no existe. El lenguaje construye la realidad, modifica nuestros pensamientos y, por tanto, modula nuestras acciones. Así, utilizar un lenguaje inclusivo contribuye a construir una sociedad más inclusiva, del mismo modo que utilizar un lenguaje sexista contribuye a construir una realidad más sexista y más machista. De ahí que el uso del lenguaje inclusivo sea el reflejo de una sociedad más respetuosa.
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